En la exclusiva periodística que publicó el diario proetarra Gara a dos terroristas, los miembros de la banda criminal señalaron que habían suspendido todas sus actividades, pero que la lucha por la liberación de Euskadi necesitaba financiación. O sea, que desmentían que hubiera cesado el cobro del impuesto revolucionario.
Por otra parte, aunque señalan que ETA dio orden de frenar las actividades de violencia, señalaron en relación a los actos de Barañain y Getxo que no iba a actuar de bomberos para frenar la expresión libre del pueblo. Es decir, en aquella entrevista del GARA justificaban tanto la kale borroka como el cobro del impuesto revolucionario.
Desde entonces ha habido más atentados de baja intensidad y conocimiento fehaciente del cobro del impuesto revolucionario. Pues bien, El País se empeña en informarnos que en realidad son buenos chicos y que el etarra Josefa Elósua telefoneó el 18 de abril al jefe de relaciones externas del PNV, Gorka Aguirre, para que le informara en caso de que se siguiera produciendo la extorsión financiera a empresarios tras el alto el fuego. Avisame que les regaño, vino a decir.
Primera incógnita: ¿por qué debemos de creer a El País y no al GARA? ¿Por qué debemos de pensar que efectivamente había una voluntad de abandonar el cobro del impuesto revolucionario?
Segunda incógnita. ¿Por qué El País publica esta información ahora? ¿Quizás porque el presidente de la patronal navarra ha sido suficientemente contundente y porque la intervención conjunta de los jueces Marlaska-Le Vert ha dejado transparente la continuidad de la trama financiera de ETA SA?
Tercera incógnita: ¿Por qué existía relación entre Elosua y Aguirre? ¿Por qué ambos se iban a fiar del otro? ¿Por qué Elosua no puso esta información en conocimiento de los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado?
Demasiado feo.