A punto de empezar la campaña electoral, la banda terrorista ETA ha emitido un comunicado declarando una tregua (otra tregua trampa), sólo que esta vez circunscrita a Cataluña. Tratándose de terroristas no se puede hablar sino de burla sangriente al PSOE de Zapatero y Maragall, y rechifla para los independentistas republicamos de ERC y Carod-Rovira. Si se le hubiese ocurrido al propio Gabriel Elorriaga, director de Campaña de Mariano Rajoy, no le habría salido mejor. 

Naturalmente, el Partido Popular se ha apresurado a exigir que se rompa el Gobierno tripartito catalán, algo que el socialista Maragall se ha negado una y otra vez. Sería su derrota definitiva, y se convertiría en Pascual "el Breve". Pero es que puestas así las cosas, lo de menos es ya el futuro de Maragall, sino el futuro de todo el Partido Socialista y de su líder Rodríguez Zapatero.

Como risible, decir que el nuevo presidente del PNV, Josu Jon Imaz, se encontraba en una agencia informativa en pleno desayuno con periodistas, nada más conocerse la noticia. Su teléfono comenzó a sonar una y otra vez. Lo dejó encima de la mesa y se negó a cogerlo durante toda la sesión.