Toda la derecha española se ha conjurado para demostrar, sin lugar a dudas, que los autores de la masacre del 11-M fueron etarras tocados con chilaba. Medio país está terriblemente interesado en utilizar cualquier información para demostrar, sin lugar a dudas, que el PP es bueno y el PSOE malo. El otro medio, la izquierda, está empeñada en demostrar que fue el mismísimo Ben Laden el autor material del asesinato colectivo y que toda la falacia de la derecha se resume en unas palabras, seguramente sinceras, pronunciadas por Ángel Acebes, el hombre de los reflejos audaces. Es decir, a la derecha le interesa demostrar que las elecciones del 14-M fueron un tongo y Zapatero necesita legitimar su triunfo electoral, tarea en la que empleará varios años, de la misma forma, aunque por distintas razones, que a George Bush le costado una legislatura justificar su apretado triunfo del año 2000, con papeletas mariposa incluidas y recuentos sospechosos, eso sí, confirmado posteriormente, en Florida.
El único neutral, objetivo y ponderado en todo este jaleo es Pedro J. Ramírez, a la sazón director de El Mundo. Porque a Pedro José los principios absolutos, la verdad y esas cosas, le importan más bien poco, pero es un lince a la hora de saber qué es lo que le interesa a la gente. Y con su olfato, la mejor nariz de España, oiga usted, consigue arrastrar al resto de los medios, incluidos sus enemigos de PRISA y marcar lo que podríamos denominar la agenda del debate nacional. Naturalmente, dirigida por Pedro José.
Un ejemplo: ¿Qué demuestra que dos reclusos etarras paseen junto a un recluso islámico en una cárcel española? Para mí, lo único que demuestra es que ambos son delincuentes que purgan su pena en una celda. Es como si quisiéramos ver un contubernio entre el Real Madrid y el Barça, por el hecho de que un socio del Real Madrid, de profesión robaperas (no, no hablo de Florentino Pérez), y un violador culé, pasearan por el patio de una prisión discutiendo sobre las bondades de Zidane y Ronaldhino.
¿Que los grupos terroristas están relacionados ente sí? Naturalmente. Todos tienen el instinto asesino, todos tienen adormecida la conciencia y todos compran armas a quienes las venden, sean empresas mineras, gobiernos o bazares de armas que operan a plena luz del día (que los hay). Es más, siempre está la teoría conspiratoria de que todos los grupos terroristas son uno sólo y que algún día mostrarán su único rostro. Por tanto, las dos verdades, la que pregona la derecha y aúlla la izquierda, son ciertas…. Y no dicen absolutamente nada. Había conexiones entre ETA y los islámicos, y fueron los islámicos, y no ETA, quienes asesinaron a 192 inocentes. Y las negaciones que vocean izquierda y derecha son igualmente ciertas: ni Aznar fue el culpable directo de la matanza por su apoyo (aunque fuera el causante, no sería el culpable) por su apoyo a Bush, ni Zapatero obtuvo el poder de forma ilegítima.
Lo que sí es cierto es que Zapatero llegó a
Ahora bien, las víctimas, así como las consecuencias del 11-M, no le interesan a nadie. Porque la consecuencia del 11-M es tremenda. España le ha dicho al mundo que el terrorismo funciona, que asesinas a dos centenares de personas y cambias gobiernos, modificas políticas internacionales y te llevas el gato al agua: siembras odio y miedo a partes iguales. Siembras muerte, pero también racismo e irracionalidad.
Aclaración: el 14-M yo no voté al Partido Popular ni a José María Aznar, que me parece responsable de la postración moral de este país. Voté a Familia y Vida. Pienso seguir haciéndolo. Ahora bien, la única razón que se me ocurre para votar al PP sería que hubiera otro atentado y que mi voto pudiera ser interpretado como miedo al terrorismo o como odio a quien injustamente acusa de haber provocado el crimen. Porque lo que ocurrió en España el 14-M fue muy grave.
De visita en España, el secretario general de
La verdad es que lo de alianza de civilizaciones está muy bien, sólo que toda alianza debe basarse en el respeto mutuo, en este caso entre Cristianismo e Islam. Por ejemplo, respeto a la libertad religiosa. Por ejemplo, respeto a la dignidad de la mujer. Lo que ocurre es que Occidente respeta la libertad religiosa de los musulmanes, mientras que los países islámicos persiguen, torturan o asesinan a los cristianos. Sobre el respeto islámico a la mujer, mejor no hablar. Y más. Moussa negaba la relación entre terrorismo e Islam. Pero para la inmensa mayoría de los occidentales esta relación es algo más que una coincidencia. Mientras estos pequeños problemillas no se solucionen, parece que la famosa alianza no será tal, sino una rendición incondicional.
Eulogio López