A 30 de septiembre, el PIB de la zona euro, en tasa anual, ha bajado hasta el 1,8%. Esto quiere decir que Europa continúa sin recuperarse, dado que, a 30 de junio, el crecimiento había sido del 2%.

Francia y Alemania continúan siendo las dos rémoras principales al crecimiento de la Unión. Estos ritmos de crecimiento, menos de la mitad del crecimiento de la economía norteamericana, provoca que el desempleo en la zona euro se resista a bajar (está en el 8,9%), casi el doble que el paro en Estado Unidos.