En cualquier caso, ¿cuál es el ideario con el que se ha creado la Comisión Jean-Claude Juncker (En la imagen). Pues un ideario donde lo único que preocupa es la gestión económica. Las ideas que brillan en Europa son tópicos progres: ideología de género, feminismo radical y mucho, mucho odio al cristianismo. Por esto ha perdido posiciones el Gobierno húngaro, el único de poso cristiano que queda en Europa.
Y no digo que sea mala idea, porque al este de Europa, que no al centro y al sur, le faltan infraestructuras, pero los actuales mandatarios no pasarán a la historia del proceso europeo con unas miras tan estrechas.
Ni tan siquiera se piensa en una política exterior común y generosa hacia el resto del mundo. El ministro de exteriores ruso, Sergey Lavrov, lo decía en una reciente entrevista cuya lectura aconsejo: sería bueno que Europa hablara con una sola voz ante el mundo y no fuera un apéndice de Estados Unidos.
En cualquier caso, todo esto significa que nadie, ni la izquierda ni la derecha, piensan ya en la Unión Europea, es decir, en los Estados Unidos de Europa. Hemos regresado a la Comunidad Económica Europea, la antigua CEE. Esta generación se ha olvidado del ideal europeo de los padres fundadores quienes, por cierto, eran todos cristianos y sabían que Europa será cristiana o no será.
Porque a esta Europa chata sólo se apuntan aquellos que, como los eurodiputados de Estrasburgo tienen una soldada que ganar. Aquí sí: generosa soldada.
Eulogio López
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