Los expertos en responsabilidad corporativa consideran que los líderes empresariales no deben convertirse en estrellas, y que el dinero de los accionistas no debe emplearse para popularizar sus rostros. Por el contrario, la responsabilidad social corporativa consiste en financiar el afloramiento de talento. Por ejemplo, el BBVA debería dedicar su dinero al fútbol base y a la deportividad en los campos de juego, en lugar de patrocinar un saque de honor a cargo de su presidente en el Barça-Madrid, mientras el Santander no debe exhibir a Emilio Botín junto al campeón del mundo, Fernando Alonso, sino ayudar a que surja más tecnología de competición, nuevos pilotos, etc.
Porque lo del empate a tres goles entre culés y merengues del pasado sábado tuvo su predicamento. De entrada, el saque de honor no se hizo en el centro del campo, entre otras cosas porque los jugadores torcieron el morro ante aquella "intromisión". La grada silbó con ganas al banquero, pero todo estaba previsto: La Sexta tenía preparado una sonido ambiente mucho más halagüeño para el financiero, mientras el popular locutor Andrés Montes nos convencía de que se puede ser banquero, triunfador y honrado al mismo tiempo, aunque no nos explicó cómo.
Aún más divertido fue que en medio del partido se superpusiera una imagen de FG en el Palco, una figura que seguramente muchos espectadores no reconocerían. Todo porque Francisco González se ha gastado 12 millones por temporada (sobre un total de tres años, es decir, 36 millones de euros) para patrocinar la liga de fútbol. Mahou y Toyota se conforman con 10, pero ellos no disponen de un presidente que haga saques de honor en el Camp Nou. Hablando del dinero de los accionistas, el BBVA también se ha gastado otros 20 millones en tres años para que la Segunda División de la Liga de Fútbol se llame BBVA.
Desde Santander, don Emilio contraataca. Asegura que él sólo se codea con marcas de primera y que una cervecera local y un fabricante de turismos no son compañeros de boda para el Santander. Él sólo se deja fotografiar con Fernando Alonso, McLaren-Mercedes y Vodafone.
Para ello, para que Alonso lleve el símbolo del Santander en el pecho, el banco –los accionistas del banco- ha pagado 65 millones de euros, a razón de 13 millones por cada una de las cinco temporadas. Pero ese precio, lo menos que podía haber hecho el asturiano Alonso era dejarle probar su coche a Don Emilio.
Todo ello para ocultar la noticia del día: que era la defunción de las marcas Banco Central y Banco Hispano Americano: a partir de ahora, sólo Santander.
Ha nacido el famoseo-bancario. En breve, se espera que BBVA y Santander compitan por patrocinar la intervención de FG y Botín en el programa de Ana Rosa quintana o con Jorge Javier Vázquez, en Aquí hay tomate.
Todo sea por la Responsabilidad Social Corporativa.