También fue una barbaridad subirlas sin consenso

 

El Pacto de Toledo surge tras el debate Felipe-Aznar de 1993 en el que Felipe acusa a Aznar de pretender tocar las pensiones. El PP, como es sabido, perdió las elecciones. Entonces se planteó hacer un Pacto de Estado en el que todos los grupos políticos se comprometían a dejar fuera del debate político las pensiones y se comprometían a garantizar por ley su poder adquisitivo.

Por eso congelar las pensiones es tachado por Fedea de barbaridad. Tocar ley sin consenso de todos. En realidad es la misma barbaridad que subirlas. Unas subidas que tampoco fueron consensuadas y que se utilizaron -y se utilizan- como arma electoral y política. Es decir, el Pacto de Toledo no se ha roto; lleva muchos años quebrado. Porque las subidas puntuales se consolidan haciendo crecientemente inviable el sistema.

Es verdad -como argumenta Granado- que en realidad la congelación del 2011 no es sino una compensación de la ganancia de poder adquisitivo de hace dos años cuando se subieron un 2% y la inflación apenas se situó en el 0,7%. Pero da igual. Nadie lo vendió así. Y ninguno se lo habríamos comprado.

Andrés Velázquez

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