Los cambios en el episcopado español han coincidido con el primer aniversario de la elección del Papa Francisco, que la semana pasada se ha cumplido un año.
Nadie podía sospechar hace tan sólo un año el gran impacto espiritual y emocional de aquel nombramiento en todo el mundo.
Su carisma, la simpatía que irradia, la cercanía personal que practica y su talante paternal le han granjeado al Pontífice la admiración y el cariño de católicos y no creyentes, más allá de las ideologías y las nacionalidades. Un pastor llamado a renovar profundamente la Iglesia.
Pedro García