Sigamos con la autodetección del maltrato machista. El dicho del pasado, en verdad machista y un tanto repugnante, aseguraba lo siguiente: cuando llegue a su casa pegue a su mujer, si ella no sabe por qué, ella sí lo sabe. Ahora es al revés, el machismo se ha trocado en feminismo, es decir, en igualmente repugnante. Podríamos formularlo así: cuando salgas de casa denuncia a tu marido por violento. No importa que no sepas por qué: él si lo sabe. ¿No ves la cara de maltratador y asesino que tiene

No es broma. Esta es la filosofía de la cansina, y onerosa, campaña de publicidad del Gobierno del PP, empeñado en ser más feminista que el PSOE. Entro en el metro de Madrid y me encuentro con un mensaje tétrico, con un maromo 'malencarao' que nos anuncia: "A la menor señal, vuela". Se supone que hacia el teléfono de denuncias de maltrato. Se trata, claro, de romper el matrimonio, y con el matrimonio la familia, por dos vías:

1.- Por la ruptura pura y dura del compromiso. Al parecer, no se dan cuenta de que la violencia doméstica crece cuando el matrimonio se diluye. La violencia física y la no física. Y que, al mismo tiempo, una denuncia falsa sobre maltrato -que sí, que las hay, y muchas- echa por tierra cualquier posibilidad de renovar la entrega entre los cónyuges.

2.- Incrementando hasta la náusea la paranoia feminista que dicta que el hombre es un depredador violento y perseguidor de la pobre mujer, inmaculada desde la cuna. La mitad de la humanidad, víctima de la otra mitad, compuesta por verdugos. Esto marcha.

De esta forma se echa por tierra la clave de todo matrimonio exitoso, que se basa en pedir perdón y perdonar cualquier acto de desamor… de él o de ella, de Pepe y de María… que todos somos culpables de ese desamor, pues la única violencia existente no es la violencia física.

De este modo, se encarnan biotipos feministas tan curiosos como la de la líder de esta campaña oficial -es decir pagada por todos-, contra el maltrato y contra la familia: la propia ministra de Sanidad, Ana Mato, acusada de que su familia recibía regalos y donaciones de la trama Gürtel, defendió su inocencia en el Congreso con la pretensión de que todo era culpa de su marido, Jesús Sepúlveda, y que ella no se enteraba de nada. Incluso aseguraba que era machista acusarla a ella de lo que había hecho su esposo. Fue entonces cuando surgió el famoso chiste de por Internet: Ana Mato no se enteraba de nada, la infanta Cristina está "in albis", la mujer de Bárcenas no sabía nada, Isabel Pantoja, tampoco… mi mujer, sin embargo, se entera de todo: debo ser idiota.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com