Con ello la independencia judicial, pilar de nuestra Constitución y del derecho a tener un juicio justo, queda desacreditada por completo. Los ciudadanos perdemos derechos y libertades a causa de las barbaridades de las llamadas políticas de género que condicionan, continuamente, las decisiones de quienes tendrían que velar por la administración de justicia, convirtiéndola en arbitraria y "políticamente correcta".
Nos avergüenza sobremanera que en nombre de la supuesta igualdad y de las mujeres, estén cometiendo injusticias manifiestas hacia personas honradas y dignas. Las neofeministas radicales de género, no contentas con redactar leyes discriminatorias y presionar para que se aprueben y se apliquen en detrimento de varones y menores separados de sus padres, realizan auténticas cazas de brujas contra aquellos que osen poner en duda sus dogmas.
Desde la Asociación Feministas por la Igualdad apoyamos a la víctima de esta auténtica cacería salvaje judicial, Francisco Serrano Castro, y le animamos a que continúe luchando por la auténtica justicia honradamente como ha hecho hasta ahora, y afirmamos rotundamente que la mayoría de mujeres de esta sociedad estamos en contra de los postulados desproporcionados de género que, pretendidamente, se han llevado a cabo para protegernos y que están teniendo consecuencias gravísimas y nefastas para esa supuesta igualdad.
Las auténticas feministas, las personas decentes, no deseamos leyes que maltraten a otras personas. Reclamamos igualdad ante la ley, de derechos y oportunidades, pero sin arrebatárselos a nadie y sin pisotear los derechos del resto de la población al que, sin duda, se está vapuleando institucionalmente desde hace casi una década en que estas políticas aberrantes salieron a la luz. Ninguna de ellas ha contribuido a la mejora del problema del maltrato familiar, todo lo contrario, con su aplicación se ha agravado y han surgido muchos más conflictos que nos están conduciendo a abismos de los que, sin duda, será complejo salir.
Adjuntamos enlace de un estudio realizado por la Asociación Feministas por la Igualdad, con datos oficiales, donde se demuestra la discriminación infame que está padeciendo una parte importantísima de nuestra sociedad, los varones.