Decíamos ayer... que Miguel Barroso, secretario de Estado de Comunicación, y hombre clave en la estrategia de imagen de Rodríguez Zapatero, había trasmitido a RTVE la consigna de máximo respeto al Papa. Como afirmara un destacado político español: Es que la muerte de Juan Pablo II ha sido como un tsunami: si te pones delante te arrasa.
Pero para el radicalismo laicista la espera ha resultado excesiva. Así, y tras sus condolencias y amables palabras del pasado viernes, la vicepresidenta primera del Gobierno, y feminista radical, Teresa Fernández de la Vega, no pudo aguantarse más. Así, utilizó el programa Las Cerezas, dirigido por otra feminista anticlerical, como Julia Otero, para arremeter contra Juan Pablo II. El argumento principal era que el Papa estaba confundido, por lo que debemos aplicar a Doña Teresa el mismo epigrama que se aplica a Hans Küng y demás teólogos progres: Que no quieren ser papas para no perder el don de la infalibilidad. Sus asesores afirman que De la Vega pretendía mantenerse en la estrategia gubernamental, pero cuando la cabra tira al monte... La plataforma www.hazteoir.org ha emitido un comunicado (pinche aquí) contra el vergonzante espectáculo de una vicepresidenta primera arremetiendo contra el hombre cuyo catafalco visita un millón de personas al día. El mismo personaje cuyo entierro va a generar la mayor concentración de VIPs de la historia.
En Internet, se conoce a De la Vega como la abuela de la momia, un poco caritativo apelativo que nos introduce en freudianas interpretaciones. Porque claro, con el cadáver insepulto, y un día después de que Rodríguez Zapatero recibiera al nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española, Monseñor Ricardo Blázquez, marca la diferencia entre la imagen y la realidad.
Y cuidado con este tipo de entrevistas, monseñor, que El País aprovecha para calificar como de diálogo fluido. El elogio puede resultar un arma mortífera. Horas después de la sonrisa y buenas palabras a Blázquez, llegó la puñalada de De la Vega.
Por cierto, la reunión con Blázquez no fue aprovechada por Zapatero para pronunciar unas palabras acerca de Juan Pablo II. Todos los líderes mundiales lo han hecho... salvo el Presidente del Gobierno español. Talante en estado puro.
¿Verdad que todos sabemos a qué atenernos?
Eulogio López