Es curioso lo que obra el poder de la lectura cuando se restringe a los escasos caracteres que caben en un titular.
Digo bien, en un titular, porque bastaría pasar al primer párrafo de cualquiera de las informaciones que han dado la vuelta a España con las frases de Jorge Fernández Díaz en un encuentro en la Embajada de España en Roma para entender que los que opinan que debería dimitir por su "militancia religiosa" -tiene miga la política palabra- ni se han leído el cuerpo de la noticia ni, de paso, la Constitución.
Quizá peque de tajante al hacer este comentario pero es que la libertad de expresión no lo puede avalar todo. ¿O es que esta libertad es sólo propiedad de unos
Por otra parte, de las palabras del ministro no se desprende ofensa ni desconsideración hacia nadie. ¿Por qué, entonces, unos pueden expresar lo que quieren y otros no
Jesús Domingo Martínez