Ha sido el cambio más sonado en la cúpula de Repsol durante los últimos meses. Fernando Ramírez, director financiero, dejaba la compañía por razones personales siendo sustituido por Miguel Ángel Devesa. Lo que no se sabe es que abandonó la compañía con una indemnización que superaba los seis millones de euros, razón, sin duda, extraordinariamente personal.
El asunto vuelve a poner sobre el tapete los salarios de salida de los altos directivos, en un país como España donde las retribuciones de ejecutivos y consejeros son tabú y las exigencias de transparencia, mínimas.
Miriam Prat
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