Hasta los más fieles a Francisco González están extrañados del descaro con el que el presidente del BBVA ha anunciado sus emolumentos. Cobrar 3,6 millones de euros al año, pase; acumular una pensión de 33,1 millones de euros, ya es más difícil de digerir, pero asegurarse una indemnización de 5 años de salario, es decir, 15,5 millones de euros, parece excesivo.
La respuesta de FG ha sido diáfana: lo mismo que se llevó Emilio Ybarra, precisamente el hombre al que él expulsó del banco para quedarse con la Presidencia en solitario.