En 2006, Francisco González, presidente del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), cobró 9,78 millones de euros, es decir, 538 veces el salario medio español, cifrado por el Instituto Nacional de Estadística en 18.182 euros anuales (o 1.515 mensuales).

Digo esto porque en la noche del lunes 16 se presentaba en Madrid, con la impresionante presencia de don Manuel Conthe, el presidente no-dimitido de la CNMV, el libro "La batalla por el alma del capitalismo", una obra espléndida, escrita por el inversor –no gestor, inversor- John Bogle. Lo recomiendo con avidez, aunque este best-seller no deja de decir lo mismo, y de forma más somera, que lo que defendió el denostado José María Trevijano, en su obra "Contra la corrupción": José María y John, John y José María, dicen lo mismo: que la propiedad privada está en peligro porque los gestores se han apropiado de las empresas y de los mercados financieros y les toman el pelo a los propietarios.

Recuerdo que Trevijano ponía de los nervios a FG en las juntas del BBVA, y es que no es agradable que la víctima de la estafa (estafa legal, sí, pero estafa) te salga respondón y despierte al adormecido personal. Bogle también considera que la corrupción en la empresa y la estafa al accionista comienzan por la falta de austeridad de gestores "insaciables" que trabajan con dinero de los demás, igualito que los políticos, o gestores de la cosa pública.

Y así, para resumir la estafa corporativa en Estados Unidos, Bogle se escandaliza del siguiente modo: "La retribución media del conjunto de CEO's aumentó, mediante mega concesiones de ‘stock options' de 42 veces la retribución media de los trabajadores, en 1980, a 280 veces, en 2004, un asombroso incremento que no está justificado, ni remotamente, por ningún logro empresarial".

Los poderosos servicios de imagen del BBVA (es decir, servicios de imagen de FG que pagan los accionistas del BBVA) aseguran que los 9,8 millones que FG cobró en 2006 son algo lógico, habitual y homologable con los países punteros de Occidente. Lo mismo dijeron los abogados de Emilio Botín cuando se le juzgo por haber pagado, con dinero de los accionistas, los despidos de José María Amusátegui y Ángel Corcóstegui (44 y 110 millones de euros, respectivamente), mientras el ínclito fiscal Fernando Burgos (sí, el mismo que rebajó la pena a De Juana y el mismo que pidió la absolución para Arnaldo Otegi) defendía con entusiasmo el archivo de la causa de don Emilio.

Pues bien, ya ven que no. Bogle se escandaliza de que los CEO's cobren 280 veces el salario medio, pero FG, en España, lo cobra 538 veces.

Por cierto, les animo a que hagan la misma división con los salarios de Alfredo Sáenz -8,5 millones de euros- o con todos aquéllos que se sitúan en los aledaños de los cuatro millones: José Ignacio Goirigolzarri, Manuel Pizarro, Ignacio Galán, César Alierta, etc. Y observarán, ¡qué cosas!, que los presidentes-propietarios cobran menos que los presidentes-gestores. ¡Ah!, para no caer en la grosería, no voy a dividir los 53 millones de fondo de pensión de FG –asimismo pagados por los propietarios del banco- entre el salario mínimo, ni tampoco entre los 570 euros de salario mínimo mensual que se cobra en España.

Y es que sin austeridad no puede exigir una sana economía. Lo que hay es corrupción institucionalizada, una verdadera estafa legal.

Porque, a todo esto, ¿qué se puede hacer con 10 millones de euros que no puedan hacerse con cinco? A lo mejor una memoria sobre buen gobierno corporativo… bien gorda.

Eulogio López