Decíamos ayer que un FG desprestigiado se la juega en Turquía. Y el problema no es sólo bancario, tiene mucho que ver con la personalidad del sujeto agente. En este sentido, no se pierdan la carta que nos remite un lector desde Argentina. Creo que pone el dedo en la llaga.

La frase favorita de Francisco González, presidente del BBVA, cuando le recriminan que no tiene amigos, le resume perfectamente: ¿Y para qué sirven los amigos?. El estilo es el hombre, pero también el presidente, el gestor. Porque, es evidente que cuando se habla de amigos para definir a un hombre público, no nos referimos a la intimidad de la relación personal, a la Amistad con mayúscula, sino a los gestores que saben rodearse de equipos, es decir, de talento, no aquello que, siguiendo al clásico, se dedican a cortar cabezas de todo aquel que despunta con el ánimo de que no le hagan sombra. A eso se refiere un comunicante argentino que me remite una carta llena de sentido: mientras Emilio Botín, tan exigente con los suyos como FG, acumula talento (a lo mejor un exceso de talento puede resultar nocivo, pero el cántabro lo administra bastante bien) en el BBVA lo desguazan: nuestro comunicante pone tres ejemplos: Ignacio Sánchez-Asiaín, Jaime Guardiola y José Ignacio Goirigolzarri. Podrían citarse muchos más.

Una anécdota revela esta tendencia killing de FG. En cierta ocasión se produjo un fallo informático múltiple en un de las divisiones más importantes del Grupo. FG apareció pidiendo que rodaran cabezas de todo el equipo técnico. Al final, lograron convencerle de esta forma: si cesamos a los informáticos ¿quién arreglará el problema informático? Espere a que todo vuelva a estar en orden y luego buscaremos responsables. En definitiva, primero arregla el problema y después busca a los culpables, no al revés.

Hoy contamos que el consejero delegado Ángel Cano, corre por el banco -y por fuera del banco- asegurando que el problema del banco es de imagen. No, hombre, no. La culpa de la mala imagen de una empresa nunca es de los responsables de imagen que no son taumaturgos. La empresa es la única embarcación que siempre hace aguas por la parte superior. Cuando Cano critica la imagen de la entidad se está criticando a sí mismo.

A ello se une la eliminación de los consejeros y la discriminación de los antiguos directivos del Bilbao y del Vizcaya, en beneficio de los procedentes de Argentaria, un banco menos rentable y menos solvente. Si el anuncio de la gran campaña publicitaria hablaba de BBVA adelante los trabajadores enseguida lo tradujeron como BBV, la A siempre delante. Como dicen los peneuvistas: el BBVA ya no es un banco vasco, es Argentaria.

No es el BBVA quien debe cambiar, sino su presidente. Como dice nuestro comunicante, para que vuelva a imperar la meritocracia.

Eulogio López

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