El proceso de captación de caballeros blancos que ayuden al Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) a defenderse de la acometida de la constructora Sacyr no debe marchar de forma totalmente satisfactoria para la entidad bancaria. De otra forma, no se entiende por qué los fondos socios de BBVA han recibido una sorprendente invitación para acudir a
La misiva ha sido enviada a las instituciones de inversión colectiva que poseen acciones del BBVA (los inversores no residentes institucionales poseen el 45% del capital del BBVA, según la página WEB del propio banco). En ella, tras comunicar la fecha de
Tras reiterar la relevancia del evento, el BBVA pasa a lo que podríamos llamar la almendra de la cuestión: Adicionalmente, también le invitamos a una reunión para inversores institucionales, el viernes 25 de febrero de 2005. Como esta es una invitación formal, BBVA correrá con todos los gastos relativos a viajes y hospedaje, si así lo desea. No sabemos si lo desearán, porque algunos fondos de inversión y de pensiones, así como bancos de inversión, poseen normas internas muy estrictas al respecto, y podrían entender esta amable invitación, gratis total, con un modo de soborno. Especialmente, cuando líneas atrás se les ha animado a delegar su voto en
La misiva termina advirtiendo que se pondrán en contacto con ellos a la mayor brevedad posible, se supone que para enviarles los billetes de avión. Naturalmente, la reunión del 25 de febrero puede ser mucho más importante que la del 26.
No, la práctica no es, en absoluto, habitual. Lo habitual es que se invite a los fondos a las presentaciones de resultados ante analistas en las distintas plazas financieras o que un presidente invite a un grupo selecto de accionistas para explicarles más pormenorizadamente la evolución de la entidad. Pero no a la Junta General de Accionistas, con todos los gastos pagados.
Al final, es la desesperada pugna de FG por encontrar caballeros blancos que contrarresten el 3,6% del capital del banco que Sacyr tiene comprometidos en opciones de compra. Porque una cosa es representar al cien por cien del capital y otra bien distinta tener la delegación de voto.