Los proyectos maximalistas de este Gobierno siempre terminan aguados. Se "vendió" que no habría deducciones fiscales en el Impuesto de Sociedades. Salvo en el caso de I D, porque la inversión tecnológica es muy importante. Casi tan importante como la reinversión de beneficios, en la que está empeñado el Instituto de Empresa Familiar.
En el caso del "Código de Buen Gobierno del Gobierno" pasa lo mismo. Se hizo una excepción con Peces-Barba, que simultaneaba el Rectorado de la Universidad Carlos III con el Alto Comisionado para las Víctimas. La segunda excepción al Código, de momento, se establece para los ejecutivos de la SEPI. Se permite que formen parte de dos Consejos de Administración "sin remuneración alguna", pero con sus correspondientes dietas, que viene a ser lo mismo, tal y como detalló en su momento a Hispanidad.com el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla.
Lo mejor es la argumentación: se trata de que puedan conocer de primera mano la realidad de las empresas sobre las que tienen responsabilidades. Vale, aceptamos pulpo como animal de compañía.