La razón es muy sencilla: la francesa Total se niega a cederle la gestión. Además, Botín exige 52 euros por acción, el precio de bolsa, pero un precio muy hinchado. A pesar del apoyo del Gobierno Zapatero, Total siguen en sus trece: si le echan de Cepsa, que le den Repsol YPF. Un accionista destacado : Alfonso Escámez
Todos los medio están convencido de lo que meses atrás (Hispanidad publicó la primera información sobre la operación un 14 de diciembre del pasado año) parecía imposible, ahora puede serlo. ACS, es decir, Florentino Pérez, los March, los Albertos, tras comprarle Unión Fenosa a Emilio Botín, podrían comprarle también la petrolera Cepsa. Parecía imposible porque, en efecto, el endeudamiento que exigió Fenosa ya fue muy fuerte, y Cepsa no deja de ser una empresa que genera más excedente que la propia constructora matriz.
Sin embargo, la noticia era cierta. Fue Alfredo Sáenz, consejero delegado y amigo personal de Florentino quien le animó a forjar un gran grupo energético integral, con electricidad e hidrocarburos. De esta forma, demás, el Santander abandonaba Cepsa tras una guerra permanente con los franceses de Total. Y, de paso, Botín haría otro buen negocio, tanto como vendedor como prestamista.
Ahora bien, no olvidemos que cuando se ejecute el laudo arbitral holandés, los franceses van a controlar un 49,6% y no tendrán necesidad alguna de ceder la gestión. Porque esa es, naturalmente, la única condición impuesta por Florentino consistía en que los franceses aceptaran ceder la gestión a un socio que, en el mejor de los casos, podría hacerse con un 38% del capital.
Lo que ha ocurrido es, precisamente, eso : que los franceses se niegan a hablar con Florentino y que el gobierno español, que ha hecho gestiones ante la Administración francesa, tampoco ha conseguido nada. La respuesta de los franceses siempre es la misma: compren en bolsa y luego nos veremos en la Junta de Accionistas.
Pero por si acaso, Botín exige que toda la oferta parta de los 52 euros por acción, es decir, el precio actual, e inflado por la escasa liquidez, de la petrolera, que se ha convertido en una empresa con gran capacidad de generación de fondos.
Por cierto, el ex presidente del Central y de Cepsa, Alfonso Escámez, lleva toda una vida invirtiendo en la petrolera. Ahora mismo es un accionista destacado con una participación que se aproxima al 1 por 100 del capital.