ACS está provocando una situación que recuerda mucho a la de Endesa, hoy en manos del Gobierno italiano. Florentino engaña a ZP: le dice que el PP apoyará la supresión de los blindajes pero no era el PP: era Aznar. Al mismo tiempo, Pérez intenta vender Abertis, lo que le ha ocasionado problemas con su socio, La Caixa. Encima, se gana las iras de César Alierta y Antonio Brufau

A través de la influyente periodista Angélica Rubio y del presidente de la patronal de la construcción, David Taguas, Florentino Pérez convenció a Rodríguez Zapatero para que los socialistas introdujeran una reforma en la ley de sociedades anónimas según la cual se suprimen los blindajes estatutarios. ZP, cuya mente no es asequible a lecturas complejas dijo que sí, sobre todo porque Florentino le mintió. Le prometió que el PP apoyaría la moción y ahora toca consenso.

Ahora bien, no era el PP, que todavía no ha tomado postura, sino José María Aznar, tan visible el  palco del Bernabeu, quien está empeñado en apoyar a Pérez en su asalto a Iberdrola. Es el mismo ex presidente del Gobierno español que se fue a ver a George Bush para que la petrolera norteamericana Exxon se hiciera con Repsol, mesetaria venganza por el intento de Gas Natural de atacar a Endesa.

No sólo eso, Aznar se ha puesto en contacto con consejeros de Iberdrola, por ejemplo con el presidente de Bancaja, José Luis Olivas, para que apoyen la entrada de Florentino Pérez en Iberdrola.

Ahora bien, ¿para qué le sirve a Pérez la supresión de los blindajes? Más lógico sería que ejecutar los derivados y, de esa forma, no votaría por el 7% sino por el 12%. Y no lo ha hecho. Por las mismas, resulta sorprendente que los ingresos obtenidos por la venta de Unión Fenosa a Gas Natural no se hayan empleado para comprar iberdrolas.

En definitiva, la supresión del blindaje, en sí misma, no le sirve para mucho. Necesita socios para alcanzar una participación mayor. En su momento, Pérez lo intenta con la francesa EDF, ahora lo negocia con Suez-GDF, la segunda energética francesa, 30% estatal, que siempre hace lo mismo: se siente en una empresa con una participación minoritaria, la que le permitan, y luego espera su momento. Igualito que están haciendo en Gas Natural, donde no les quieren ver ni en pintura. En otras palabras, una vez más, Pérez quiere repetir el fenómeno Endesa, hoy propiedad del Gobierno de Silvio Berlusconi. Existe un riesgo claro de que al igual que Endesa terminó en manos del Gobierno italiano por la voracidad de los Entrecanales, Iberdrola termine en manos del Gobierno francés por la voracidad de Florentino Pérez.

Además, de la misma forma que cuando entró en Fenosa, donde aseguró se iba a quedar para siempre... hasta que la vendió. En cualquier caso, lo que denunciaba días atrás, el presidente de Repsol, Antonio Brufau: no es admisible que se pretenda controlar una empresa con un 20%. Si quiere hacerlo, que lance una OPA a la totalidad de los accionistas.

Ahora Pérez quiere vender su 25% en Abertis y comprar más iberdrolas lo que, de paso, ha provocado que su socio, La Caixa, tuerza el gesto, dado que no le gustaría contar son socios no deseados (ACS tiene el 25% de Abertis). A ver si esta vez es verdad, porque los ingresos de Fenosa no se han empleado para comprar iberdrolas sino para pagar deudas. No olvidemos que vencido el ejercicio anterior, de los 9.681 millones de euros de deuda de ACS, 4.470 corresponden a Iberdrola, mientras que Fenosa aportó 1.108 millones de euros al beneficio de ACS que, de otra forma, se hubiera quedado en 844 millones.  

Por último, Pérez ha irritado ligeramente al presidente de Telefónica, César Alierta y al de Repsol, Antonio Brufau. En un país de empresas privatizadas, que amenaza con convertirse en desierto industrial, suprimir la única defensa que queda, los blindajes, parece un poco suicida. A la empresa familiar tampoco le ha gustado la moción de Pérez, es decir, del PSOE, apoyada por el señor Aznar.

Eulogio López

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