Con criterios de mercado, ACS Renovables no podía venderse por más de 1.800 millones de euros... y piden 4.000. Una historia más de sobreendeudamiento empresarial.
Hablemos de números: en la Junta de Accionistas de ACS, celebrada el jueves en Madrid, su presidente, Florentino Pérez insistió en la venta de ACS Renovables, que, junto a las desinversiones en Abertis y otros activos constituyen el argumento para seguir batallando con Iberdrola.
Ahora bien, el problema de Florentino Pérez es que siempre compra apalancado. Y cuando vende, por mucha que sea la plusvalía, resulta que no puede comprar más acciones -por ejemplo de Iberdrola- porque antes tienen que pagar a los bancos prestamistas.
La gran venta pendiente es la división de renovables. En principio, ACS puso a la venta esa división por 5.000 millones de euros, cantidad que luego ha bajado a 4.000 millones. ¿Lo vale?
Veamos: ACS Renovables son 1.700 MW, muchos de ellos, por cierto, no en funcionamiento y con una rentabilidad en baja tras el decreto que redujo las primas a las renovables. Venderlo a 4.000 millones de euros significa valorar cada MW de potencia en 2,35 millones de euros.
Su adversario Iberdrola Renovables, posee 12.000 MW de potencia y vale en bolsa 12.800 millones de euros. Es decir, un 1,07 millones de euros por MW, es decir, menos de la mitad que la valoración de don Florentino.
Pero vamos con la deuda, que es lo importante. ACS Renovables, según reconoce la propia entidad, arrastra una deuda que supera los 3.000 millones de euros. En definitiva, aunque lograra colocar su división por 4.000 millones le quedarían 1.000 millones limpios. Y lo cierto es que lleva meses intentando venderla y todavía no se conoce ningún postor que esté dispuesto a pagar ese precio. Es más, si lo valoramos a "lo IB Renovables", lo más que podría obtener la constructora por su división de energía verde serían 1.800 millones de euros, cuando debe 3.000.
Por cierto, en Abertis, otro de los argumentos de ACS para obtener liquidez con la que seguir comprando iberdrolas, ACS aún posee el 10% del capital. A precio de bolsa -precio inflado por el dividendo extraordinario prometido para la segregación de Abertis infraestructuras- ese paquete vale 1.150 millones de euros. Y luego está Hochtief, donde ya posee, no el 50%, pero si el 42%, pero donde la joya de la corona, la filial australiana, acaba de darles un buen susto.
Conclusión, la deuda está ahogando a ACS y los March han parado a Florentino en su asalto a Iberdrola. Asegura la familia mallorquina que no renuncian a hacerse con el control de la eléctrica que preside Ignacio Galán pero, por el momento, piden un receso en la batalla.
Y ojo porque vienen malos tiempos para empresas apalancadas, ahora que los tipos vuelven a subir. Por tanto, ACS ha decidido frenar su ataque a Iberdrola, no es que renuncie a nada en el futuro pero se precisa hacer de la necesidad, virtud.
Lo de ACS es un ejemplo, uno más, de empresa sobre endeudada (más de 11.000 millones de euros) que no puede permitirse muchas más guerras. Lo malo es que si se va ahora mismo de Iberdrola perdería dinero.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com