El Barça ha podido vencer por 2-6 en el Bernabéu, pero son las elecciones al club Blanco las que marcan la vida política y económica española y el futuro del nuevo Ruiz Mateos, es decir, de Florentino Pérez (¡Oh, capitán, mi capitán!) que aspira a convertirse en el empresario del régimen.
Una vez que ha pactado con sus socios en ACS, los March y los Albertos, combinar las dos presidencias, la de la constructora y la del Real Madrid, Pérez exige ser elegido por aclamación, ya sabe que José Manuel Entrecanales no se presentará, y ha convencido a Juan Miguel Villar Mir de que no se meta en esos fregados, a sus 75 años, o que le acompañe en su candidatura. También intenta convencer a los bancos, para que la única alternativa que parece viable, la de Juan Onieva, no consista de los bancos los avales bancarios. No sólo eso, también se ocupa de que Vicente Boluda cumpla su palabra de no presentarse a la reelección.
Y ojo, porque los actuales miembros de la Directiva del Real Madrid le insisten al valenciano de que se presente. Entre otras cosas, porque ellos no tendrían que poner los más de 55 millones de en avales que exige presentarse a tan plutocráticos comicios.
Pero la ambición de Pérez va más allá. ¡Oh capitán, mi capitán! Apoya con entusiasmo la conversión para una fusión entre los dos grupos de propaganda de Gobierno español, en concreto con sus dos canales de TV: Cuatro y La Sexta. No olvidemos que Zapatero se empeña en relanzar La Sexta-Mediapro al tiempo que pretende salvar PRISA (a PRISA, que no a Cebrián). Son los derechos del fútbol, y en parte de los del Real Madrid, quienes pueden salvar a dos canales de TV que son una ruina, especialmente al Grupo PRISA, a quien Digital Plus le pesa como una losa.
Además, no hay problemas legales: la ley no permite fusiones que alcanzan el 27% de cuota: no alcanzan el 9% de Cuatro sumado al 5% de La Sexta, e incluso cualquier combinación con A-3 TV (18%) y Tele 5 (12-15%) puede enfrentarse a restricciones. Naturalmente, Florentino salvaría también la economía del Real Madrid, esta vez no con un pelotazo urbanístico sino con un pelotazo mediático, más con el curso de los tiempos. De postre, Pérez puede mover voluntades en varios bancos acreedores de PRISA a quien el Gobierno trata de doblarles el pulso en beneficio de los Polanco: por ejemplo, Caja Madrid y su socio, La Caixa.
Se convertiría así Florentino en el nuevo Ruiz Mateos, el empresario del régimen, tan querido por el PP -su amistad con Gallardón y con el presidente valenciano Francisco Camps es bien conocida- como por La Moncloa y por el PSOE, donde no cuenta con tantos amigos, considerando su pasado derechista y ucedero. E incluso nadie podría negarle desde el sector público lo que más necesita ACS: consolidar Iberdrola, En definitiva entrar en el Consejo de la eléctrica, al que se opone Ignacio S. Galán. Por ahora, Galán cuenta con el apoyo del ministro Sebastián, que no quiere una nueva pelea entre empresarios españoles en el sector energético, pelea de la que siempre saldrá beneficiado, no lo duden, un extranjero.
Eulogio López
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