Por fin Fomento se decide a reconocer la existencia de puntos negros, aunque prefiere bautizarlos como lugares de concentración de la siniestralidad. Evidentemente se trata de puntos donde la concentración de la siniestralidad apunta de manera clara y distinta a la responsabilidad por parte de la administración. Al menos parcial.
Así que por fin se ponen manos a la obra. El Gobierno insiste en que no es un trabajo aislado, sino que forma parte del plan de modernización y conservación de nuestras carreteras. Una partida para la que el Gobierno ha destinado 1.250 millones de euros en los presupuestos del 2009, casi el doble de lo que disponíamos hace cuatro años, señala De la Vega.