La Unión Europea llegó a un acuerdo para no rebajar la imposición sobre hidrocarburos de manera particular. Se trataba de no practicar una política nacional que pudiera perder fuerza frente a las negociaciones comunitarias. Porque rebajar la imposición provocaría un menor impacto económico y por tanto un mayor margen a los productores para elevar precios.
Francia no se ha salido de la letra del guión, aunque sí de su espíritu. No ha rebajado de manera genérica los impuestos, pero sí ha optado por redistribuir entre los sectores afectados los excedentes tributarios. Agricultores y transportistas son los más directamente afectados por la subida del crudo.
La segunda medida ha consistido en anunciar la creación de nuevas centrales nucleares como consecuencia del alza del crudo. Es decir, el gobierno francés descuenta que el petróleo se encuentra en estos precios de manera estructural y planea su alternativa energética. Igualito que en España. Nuestro país ya podría tomar ejemplo de las políticas practicadas por los vecinos del norte de los Pirineos.