Ni negociaciones ni conversaciones, pero sí se ha apuntado esa posibilidad. Así se expresa un accionista caracterizado del Banco Popular. La Caixa no puede expandir en el exterior su fórmula mutual y el Popular siempre ha sido un banco interior. Pero ambos comparten un mismo espíritu de banca, volcado sobre el negocio doméstico.
La Caixa cerró el ejercicio 2009 con un negocio bancario de 415.825 millones de euros, mientras el Popular presentó, en esa misma fecha, un activo de 129.000 millones -actualmente su capitalización es de 5.500 millones-.
El Popular cuenta con 6,8 millones de clientes, 11.700 trabajadores y 2.000 oficinas. La Caixa supera los 10 millones de clientes con 27.505 empleados y 5.326 sucursales.
El pasado ejercicio, la entidad que preside Ángel Ron obtuvo un beneficio atribuido de 766 millones de euros frente a los 1.072 millones del Grupo que lidera Isidro Fainé. Y también a finales del pasado ejercicio, la morosidad, clave del negocio bancario y cajero actual se cerró con el 3,42 para La Caixa y el 4,81 para el Popular.
Naturalmente, si se abre una negociación entre ambos grupos habría que buscar la fórmula jurídica para fusionar una entidad mutual con una sociedad anónima, aunque la historia de las fusiones frías de cajas ya proporciona alguna pista. Y luego está Criteria. Las combinaciones son muchas.
Por lo demás, la constitución de lo que sería la tercera entidad financiera española, aproximándose al BBVA, y la primera en banca al por menor en España -por delante de Caja Madrid-, contaría con el apoyo entusiasta del Banco de España cuyo gobernador alienta fusiones de todo tipo hasta reducir el número actual de entidades a la cuarta parte, una idea que aletea en la mente del gobernador, Fernández Ordóñez. Y otro elemento que entusiasma a MAFO es terminar con la naturaleza jurídica de las cajas de ahorro y las cooperativas de crédito: para el actual rector del Banco de España, lo mejor es que todo sean bancos-sociedades anónimas.
Desde luego, a quien más preocupa una fusión entre Caixa y Popular es al Sabadell. El sueño de Josep Oliú es precisamente ese: fusionarse con La Caixa para crear el gran banco catalán. Oliú se ha especializado en absorciones sí, pero la integración se ha hecho siempre con fuertes reducciones de plantilla.
En cualquier caso, el proceso de reconversión bancaria -no sólo de cajas- ya ha comenzado. Los bancos medianos, especialmente el Pastor están llamados a fusionarse y la clave de todo el proceso está en Banesto. Aunque Botín habla de mantener dos marcas (Santander y Banesto) lo cierto es que toda su historia le contradice: lleva 20 años buscando una marca única: Santander. Banesto puede fusionarse con Bankinter, en lo que constituiría la herencia de Jaime Botín, puede venderse a un extranjero (no hay muchos candidatos) o puede venderse a una caja de ahorros, aunque sea competidora. A La Caixa, desde luego, le interesa Banesto.
Eulogio López
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