Pero el asunto no acabará ahí: luego vienen las fusiones bancarias y mixtas. La quiniela, aunque no a corto plazo, sigue siendo la misma: Santander absorbería a Sabadell y Pastor, BBVA a Bankia y Caixabank al Popular. Total, tres grandes grupos. Es una forma de lavar el desastre de la reforma financiera con más reforma financiera
Lo que está claro es que, tras la comentada rueda de prensa del gobernador del Banco de España, Miguel ángel Fernández Ordóñez (MAFO), la innecesaria reforma financiera se ha saldado con un fracaso. No ha solucionado el presunto problema pero ha creado un problema real. Bancos y cajas de ahorros se han quedado sin capacidad de maniobra, no por su propia gestión, sino por la desastrosa administración de una crisis que el Gobierno y el supervisor no han hecho más que agrandar.
Por tanto, antes de marcharse, el Banco de España tiene que enmendar sus errores de la reforma con una nueva reforma errónea. Cuando aún no ha cerrado la primera ronda de fusiones cajeras y de trasformación de las cajas en bancos, lo que han mermado su patrimonio, reducido a la mitad su valor y creado tensiones de liquidez, MAFO ya prepara un segunda reforma para intentar enmendar los errores de la primera y poder marcharse -junio de 2012- disfrazando el fracaso de éxito coyuntural.
En otras palabras, si de 45 cajas de ahorros se pasó a 17, la idea es que no queden ni una decena y, además, en una tercera etapa -ahora resulta implanteable- forzar las fusiones entre bancos o mixtas. Serán fusiones, no ya para "capitalizar" las entidades sino sencillamente para cerrar oficinas y reducir plantillas.
Y en esa tercera ronda entrarán en danza los bancos. Se trata de que bancos y cajas -ahora ya todos bancos salvo Onteniente y Pollensa, absorban a cajas más pequeñas o peores. Las quinielas continúan siendo las mismas: el Santander absorbería a Sabadell y Pastor, BBVA a Bankia y Caixabank a Popular.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com