Pues bien, Gabilondo decide recular. O quizás no tanto. De momento, reconoce que responderá personalmente a los objetores. Además, se compromete a mantener un encuentro de segundo nivel con los técnicos para buscar una solución. Se supone que después vendrá una reunión político de primer nivel, aunque no esa claro. Tampoco está claro si el Gobierno plantea una especie de aprobado general para los objetores es decir, una especie de Guantánamo electoral o exceptuarlos como si fuera deporte y estuvieran enfermos. Todo eso se hablara en la reunión en el Ministerio.
¿Se ha planteado el Gobierno recortar el contenido afectivo-sexual de la polémica asignatura? ¿Pero tiene contenido sexual?, pregunta irónicamente.