El presidente de Iberdrola ya ha hablado con Antonio Brufau de ambas posibilidades: matrimonio amistoso con Gas Natural, o ménage à trois con la petrolera. En el primer caso, Brufau acepta que Galán sea presidente; en el segundo, no. Eso sí, no se llegará a ningún pacto hasta que se resuelva la opa de E.On. Gas Natural busca una salida airosa a su opa sobre Endesa
Es la hipótesis más razonable, pero es, además, un hecho. Si, como parece, E.On se queda con Endesa, el prestigio del gobierno español como defensor de nuestras grandes empresas energéticas habrá quedado por los suelos. En definitiva, si los alemanes consiguen conquistar la compañía que preside Manuel Pizarro, y si desjudicializa el proceso, el sector energético español se va a convertir en carne de opa. La más amenazada es Iberdrola, precisamente por su tamaño y su rentabilidad. Gas Natural deberá modificar todo su plan estratégico y hasta la misma Repsol YPF está amenazada por los gigantes petroleros del sector. Por tanto, se impone una fusión defensiva que, además, otorgue a España al menos una importante empresa energética, en este caso de carácter integral (hidrocarburos más electricidad).
La iniciativa la ha tomado el propio presidente de Iberdrola, Ignacio S. Galán. En cuanto la opa de Gas Nartural (GN) empieza a encontrar dificultades, Galán se dirigió a Antonio Brufau para plantearle una fusión Ibedrola-GN. La única condición era muy clara: la Presidencia de la empresa resultante debería corresponder a Iberdrola. Hasta ahí todo lógico, dado que Iberdrola es mucho más grande. Ahora bien, como hemos dicho antes, Repsol también se encuentra amenazada, y es entonces cuado se habla de añadir la petrolera para que el binomio se convierta en un trío. Aunque tanto Galán como Brufau consideran que existen más sinergias entre una eléctrica y una gasera que entre una petrolera y una eléctrica, también se habla del asunto. Y Galán insiste: la presidencia de una compañía que aglutinara a Repsol YPF, Iberdrola y Gas Natural, debería corresponder a Iberdrola. Y así se llega a la encrucijada, porque Brufau no está dispuesto a aceptar esa posibilidad.
Conste que estas negociaciones se desarrollan bajo la condición de que la opa de Gas Natural sobre Endesa no llegue a buen puerto. Tal y como están las cosas, en GN no están dispuestos a llegar al combate final frente a E.On, peo no hay que olvidar los procesos judiciales en marcha y que cuando los tribunales entran en danza, nadie puede predecir qué va a ocurrir. Además, queda el expediente administrativo, es decir, el recurso de E.On contra la decisión de la comisión nacional de la energía, (CNE) sobre la oferta alemana.
Mientras tanto, Gas Natural busca una salida airosa a una opa que se le ha puesto muy cuesta arriba porque ha puesto al descubierto el peso político real del gobierno zapatero en Bruselas: ninguno.