La empresa británica no está por la labor y Telefónica considera que hay duplicidades.
Ocurrió el pasado martes 9, en el restaurante madrileño Príncipe de Viana. El ex presidente de la cablera ONO, despedido por desacuerdo con los fondos americanos que lideran el accionariado, comía con el presidente de Vodafone, Francisco Román, en tan noble restaurante madrileño. En Vodafone niegan cualquier tipo de negociación pero lo cierto es que Galdón intenta a toda costa colocar Multitel (14% de ONO) toda vez que ha perdido la Presidencia de ONO.
En Multitel, Galdón comparte accionariado con los primeros espadas del Banco Santander: no figura Emilio Botín como tal, pero sí el vicepresidente Matías Rodríguez Inciarte. No olvidemos que desde que Inciarte preside la Fundación Príncipe de Asturias se le intenta evitar cualquier situación incómoda. Por ejemplo, se le sacó de la Presidencia del desgraciado fondo Banif Inmobiliario y fue sustituido por Joan David Grimà quien, al parecer sí puede recibir tortas de los clientes cabreados.
Volviendo a ONO, está en juego la viabilidad del cable español. Mientras, Galdón trata de vender Multitel a Vodafone -que no está por la labor y prefiere seguir como compañía de móvil aunque no logre entrar en Internet-.
Por su parte, el sustituto de Galdón como presidente de ONO; José María Castellano, intenta vender el conjunto de la compañía, y considera que Telefónica es el comprador ideal. Sólo que César Alierta se deja querer: así se evita el problema de monopolio y, además, cree que si el Gobierno no se lo pone muy difícil puede desarrollar su propia red.