Para batalla política la que lideran dos dirigentes del Partido Popular: el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, y la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, que le sustituyera en este cargo. Por de pronto, Aguirre quiso cambiar las cosas en Telemadrid, con el nombramiento del periodista Manuel Soriano como director general. Sin embargo, el nuevo equipo directivo se ha encontrado con que los hombres de Gallardon habían dejado todo atado y bien atado. En otras palabras, habían dejado un montón de contratos firmados, y a precio de oro, que no pueden romperse, en muchos casos, hasta el 1 de enero de 2005, sin tener que indemnizar a la otra parte. Es el caso de toda la gestión publicitaria, que lleva el Grupo Recoletos (nadie sabe por qué) y en condiciones bastante onerosas. Para ser exactos, Recoletos se lleva el 5% de toda la facturación publicitaria de Telemadrid, unos 75 millones de euros.
Pero no sólo es eso, es que Manuel Soriano tampoco puede romper los contratos firmados con proveedores de películas, por no hablar de la retransmisión de fútbol. Y más, existen programas de telebasura como el "Todo Madrid" de Juan Ramón Lucas, que no son producción propia, sino externa. En este caso, la propiedad la tiene El Mundo de Pedro J. Ramírez... pero Manuel Soriano aunque quiere no puede romper ese contrato. Así que Soriano tendrá que tragar con toda la telebasura que le dejaron y a precio de oro.