Se felicita el Instituto de Política Familiar (IPF) porque Mariano Rajoy ha prometido crear un Ministerio de la Familia y promulgar una ley integral de la familia. Lo primero no lo entiendo demasiado bien. Los Ministerios obedecen a la ley de Parkinson, uno de cuyos enunciados aducía lo siguiente: "La eficacia de un organismo público es inversamente proporcional al número de funcionarios que trabajan en él". Aplicado el principio en toda su extensión, debemos concluir que el Ministerio más eficiente es el que no existe.

Lo de la ley Integral de la Familia promete más, pero no acabo entender el comunicado del IPF. Está aplaudiendo al mismo político que, 24 horas antes, dijo que iba a mantener la ley del divorcio-express y del aborto, y que al gaymonio le cambiaría de nombre, pero seguiría existiendo con un Gobierno del PP. Entonces, ¿en qué va a consistir su ley de la familia? ¿Descuentos para los viajes en RENFE? Proteger a la familia no consiste en otorgar subvenciones, sino en otorgarle su verdadero valor.  

Ahora bien, lo importante de una ley es su contenido. Vamos a darle ideas a don Mariano, y de paso al Instituto:

1. Salario maternal. Todo país occidental que no quiera desparecer por falta de hijos, deberá implantar el salario maternal. Es decir, reconocer con un salario, al menos durante los tres primeros años de vida del niño, la mayor contribución de la mujer a la sociedad, aquélla en la que nadie puede sustituirla -salvo la mujer emigrante-: maternidad. 

No olvidemos, además, que la mujer no está discriminada en el mundo laboral, si acaso, lo contrario. La que sufre discriminación frente al varón es la madre, pues la edad fértil coincide con el periodo donde la competencia por consolidarse en un puesto de trabajo es más dura. El salario maternal constituye la columna vertebral de la sociedad futura. Es la conquista pendiente del Estado del Bienestar.

2. El matrimonio es un compromiso que se funda en el amor, en la entrega. El ordenamiento jurídico positivo no puede regular el amor, pero sí el compromiso. La ley del divorcio express es una burrada, no porque haga el divorcio más fácil, sino porque destruye el compromiso: los esposos no se han comprometido a nada, a nadie hay que pedirle razones para romper el vínculo libremente contraído. De hecho, si extrapoláramos tamaña bestialidad jurídica, simplemente acabaría con el derecho. A fin de cuentas, todo contrato implica eso: un compromiso, y el litigo surge cuando una de las partes incumple ese compromiso. Si no hay compromiso, no hay contrato, ergo no hay derecho. Por tanto, el matrimonio es el formado por un hombre y una mujer comprometidos. No hablo de amor, que no es materia ella, sino del compromiso del matrimonio. De hecho, el mejor matrimonio civil sería el que no existe (Israel) sino cuando se renuncia a cualquier tipo de credo. Y, naturalmente, el Estado no es quien para  

3. Aborto. Tras contemplar las máquinas rompecocos del doctor Morín, asombra la piel de rinoceronte que ha echado esta sociedad desde que Julián Marías destacara como el principal mal del siglo XX la aceptación social del aborto. Así que hay que salir del infierno en positivo. La ley del señor Rajoy conllevaría una prohibición total y definitiva del aborto. Eso sí, la Seguridad Social haría y/o financiaría aquello que ahora mismo hacen las organizaciones provida: prestar atención médica y residencial a la madre gestante. Dejarle el niño durante 18 meses y al final de esa etapa darle a elegir: o se lo quedan o lo dan en adopción. 

4. Embriones. Cuando los mercaderes de la muerte ven un negocio no lo abandonan ni cuando deja de tener sentido. Por eso, cuando los japoneses han descubierto cómo obtener células madre tan elásticas como las procedentes del destripamiento de embriones sólo que sin utilizar embriones, sin matar nadie, nuestro bienamado ministro de Sanidad, Bernat Soria, no ha paralizado las vergonzosas leyes (Reforma de la FIV e investigación biomédica). Y es que la muerte hipnotiza, como el vértigo a los escaladores. Simplemente, utilización exclusiva de células madre adultas en terapia génica y acabar con la FIV o, en tal caso, resucitar la implantación a un sólo óvulo fecundado sin embriones sobrantes.

5. Cheque escolar. Todo el debate social sobre la educación tiene una respuesta muy fácil y "familiar": quitarle el poder sobre la educación a los políticos y funcionarios -enseñanza pública. Y a los empresarios -enseñanza privada- y otorgárselo a los padres, con la instauración del bono escolar. La libertad de enseñanza de la libertad de los padres para educar a sus hijos, no las de los partidos políticos para imponer a mentes jóvenes su ideología.

6. Los problemas actuales para crear una familia hoy se llama vivienda y salarios bajos. La mejora de la economía de la familia es la vivienda subvencionada -o la ayudas a la vivienda- y unos salarios dignos, especialmente para jóvenes. Hoy en día, los jóvenes que deciden convivir y tener hijos son unos verdaderos héroes: cobran poco, tienen contratos precarios y no pueden acceder a una vivienda.

Ahora ya sólo queda aclarar a qué tipos de familia se dedicará el Ministerio de la Familia que propone don Mariano. El último recuento del muy progresista Partido Popular hablaba de 300 modalidades de familia. Y también queda pendiente el titular de dicho Departamento. Está claro que el candidato con más posibilidades es Ruiz-Gallardón.

No me cabe la menor duda de que estas propuestas se integrarán en la futura Ley Integral de la Familia que tiene en mente le señor Rajoy y el Partido Popular, razón por la cual, el Instituto de Política familiar no ha podido menos que reapoyarla con todo su entusiasmo.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com