Hay que diseñar una televisión más abierta, más libre desde la pluralidad y la diversidad, ya que es una ventana abierta al mundo, de las distintas perspectivas que animan sus correspondientes proyectos informativos.
Anochecidas frágiles, bacanales, risotadas y reyertas en cuchitriles. Alcohol sin medida, estupefacientes, pasiones incontroladas y violencia salvaje. Los muñecos de "Gandía Shore", uno de los más aberrantes programas basura, han culminado su bochornosa actuación. El canal MTV ha logrado un éxito de audiencia degradando la dignidad del ser humano. El fin nunca puede justificar los medios; la vulgaridad, la explotación de los bajos instintos de la persona y toda una acción contra "natura". Suelo afirmar que Dios perdona siempre, el hombre algunas veces, pero la naturaleza nunca perdona. La vulgar telebasura, aunque consiga el "share" más alto de la temporada, no siempre es lo mejor. "Gandía Shore" es nefasta, degradante e inmoral.
Las cadenas televisivas estadounidenses están luchando con el objetivo de arrebatar telespectadores a la competencia. Por ello, las grandes cadenas incrementaron los programas sensacionalistas: todo lo que roza los límites de lo permitido. Pronto llegó la reacción de los anunciantes que decidieron retirar su publicidad de los programas que atentaban contra la moral, las buenas costumbres y los principios de la libertad y la convivencia.
Los anunciantes deben retirar su publicidad del programa "Gandía Shore" ya que, cuando no se respetan los valores morales, el producto anunciado queda gravemente dañado. Aparentemente crece la notoriedad, que no significa que aumenten las ventas.
Los programas televisivos denominados "telebasura" reúnen todos los ingredientes enunciados y de modo especial Gran Hermano, un "reality show" donde una tropa de participantes coexisten en una mansión, incomunicados y observándolos las 24 horas de cada jornada. Ellos deberán eclipsar las destituciones que la audiencia sentencie y así lograr la recompensa final.
El programa televisivo fue fundado por el neerlandés John de Mol. El prototipo de "Gran Hermano" apareció en 1997, durante una reunión "brainstorm" en la productora del holandés. Fue transmitido por primera vez en el año 1999, siendo más tarde adaptado en más de 70 países. Así llegó la vejatoria televisión basura. Los componentes de su programa no son un modelo a imitar.
La cruda morbosidad se ha convertido en el pilar de muchos programas. Son contenidos banales y ordinarios que están en la frontera de lo éticamente permisible. La telebasura es un problema más grave que el terrorismo o las drogas, ya que destruye la vida trascendente de las personas.
Es en la "telebasura" donde se busca el crecimiento de la audiencia a través de la provocación directa de los instintos, las pasiones y los sentimientos del telespectador.
Clemente Ferrerclementeferrer3@gmail.com