Tras la cacería con Bermejo y su plancha con el PP, el magistrado atraviesa uno de sus peores momentos

El diario El Mundo, y toda la prensa de papel detrás, plagió a Hispanidad sin citarla, cuando el miércoles 4 repetía la información facilitada por este diario digital el martes 3, aunque ya adelantada en enero. Tanto el PSOE como el PP, Rubalcaba y Federico Trillo, quieren elevar a Garzón a la Presidencia de la Audiencia Nacional; el primero porque para el PSOE está quemado, a pesar de los servicios prestados. Para el PP, porque así le dejará de molestar.

Sin embargo, para conseguir el cargo, Garzón se enfrenta a Margarita Robles. Ambos son socialistas pero ambos están enfrentados desde que Belloch nombró viceministras de Interior a Margarita Robles, un cargo que Garzón soñaba para él (aunque más soñaba con el Ministerio que le ofreció Felipe González). Y Robles es ahora miembro del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Además, Garzón atraviesa su momento álgido de desprestigio, tras haber sido desautorizado por la Fiscalía Anticorrupción por sus ataques al Partido Popular. Como asegura Esperanza Aguirre, hablamos de un juez socialista. Con su cacería ha provocado la dimisión del ministro de Justicia, Fernández Bermejo, aunque él no ha dimitido. Hoy en día, Garzón es un juez popular entre aquellos que no le conocen.