La Comisión Europea lo ha dejado bien claro: el mandato de la misión de expertos que enviará a la frontera con Gibraltar no incluye cuestiones de fraude fiscal. Además, la CE ha insistido en que los términos de la misión fueron discutidos y pactados entre Rajoy y el presidente comunitario, José Manuel Durao Barroso.
De esta manera, la CE vuelve a dar muestras de su parcialidad en este conflicto. Curiosamente, las decisiones siempre han caído del lado del Reino Unido y en contra de los intereses españoles.
Sea como fuere, es una vergüenza. No tanto el hecho de que sea una decisión que aplauden los británicos que residen en la Roca, sino el hecho de negarse a investigar un presunto -muy presunto- paraíso fiscal que a la vez es una colonia de un miembro de la Unión Europea.
Andrés Velázquez
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