José Miguel Contreras, el hombre clave en la imagen de Zapatero. Pedro J. Ramírez insiste en una televisión que Vocento desprecia. Por otra parte, Montilla considera que lo mejor sería conceder tres canales, a costa de la viabilidad de las televisiones autonómicas y locales.
Los más duros del Consejo de Ministros que en esta cuestión todo el mundo quiere participar- consideran que está claro : se trata de que Canal Plus, de Jesús Polanco, su gran valedor, pueda emitir en abierto, mientras mantiene el monopolio de la televisión de pago, el de los contratos con las productoras y la primacía en televisión local y autonómica.
Ahora bien, para disfrazar mejor la medida, el Gobierno español está dispuesto a ofrecer a un segundo y hasta un tercer canal. El segundo sería para el gran mago de la comunicación socialista, José Miguel Contreras, el hombre que se ha hecho con la productora Globomedia.
Contreras quería mantenerse en la producción, absorbiendo a Mediapro, de Jaume Roures, pero el catalán también se siente todo un representante mediático y cultural del poder emergente (consiguió su carnet de líder progresista con el no a la guerra de Iraq del mundo del cine) y no está dispuesto a que Contreras tome el mando.
Contreras, por otra parte, fue el que sugirió a Zapatero el retrato robot del director general del RTVE que necesitaba el Zapaterismo : mujer y académica, de donde surgió Carmen Caffarel. Una vez asesorado el nombramiento, decidió utilizar sus prerrogativas para negociar programas con RTVE, por ejemplo, 59 segundos. Pues bien, Contreras también ha sido consultado sobre el nuevo director general que precisa RTVE, porque Caffarel está ya demasiado quemada y enfrentada con el nuevo director de Televisión Española, Manuel Pérez Estremera, mientras la audiencia del Ente público se despeña.
En definitiva, que Contreras también quiere ser emisor y ha decidido aliarse con el Grupo Zeta. El Periódico de Barcelona, buque insignia de Zeta, es considerado en el PSOE como uno de sus principales aliados. Eso sí, Zeta aportaría una información televisiva en el estilo de la Casa, el periodismo amarillo, y Globomedia y Contreras aportarían espacios de todo tipo, casi en forma de canal temático.
Por tanto, y con todo descaro, los que se pergeñan como premiados son Prisa y Zeta, los dos grupos editoriales más filosocialistas. Entre otras cosas, porque el también pro-socialista La Vanguardia no está muy interesado. Lo mismo le ocurre a Vocento, para quien un canal de nuevo cuño, novato en el mercado, no tiene ningún futuro. Vocento quiere La 2 de RTVE, pero Rubalcaba advierte que sería una locura cederla al ABC.
La opinión mayoritaria entre los estrategas de Zapatero es que la única cesión sería ante El Mundo de Pedro J. Ramírez. Y con un canal de nuevo cuño, que consideran condenado al fracaso. Pedro J. no lo cree así, y en cualquier caso ha empeñado su prestigio ante los dueños de El Mundo, a los nuevos directivos de Rizzoli, novatos en el sector de la comunicación. Sea como fuere, si se conceden tres canales en abierto, la gran perdedora sería la televisión local y autonómica, que es, precisamente, la esperanza del pluralismo que podría crearse en España. Pero el pluralismo, ¿a quién le importa?