- Las cuentas aún no se han cerrado pero Goirigolzarri ya piensa en una cifra de 15.000 millones de 'cocos', que el ministro no está dispuesto a aceptar.
- Como adelantara Hispanidad, el presidente de Bankia crea un organigrama con tres grandes divisiones y la incorporación de Pepe Sevilla y Antonio Ortega.
- Rato guarda silencio pero advierte al Gobierno que no tolerará un linchamiento de su persona.
- Y el gobernador MAFO insiste y persiste: se irá cuando toca, en julio. Y llueven las demandas.
- Por de pronto, el FROB ya ha sido advertido de que no puede tomar decisiones sin consulta previa al Ejecutivo.
Luis de Guindos (en la imagen) le ganó el pulso a Rodrigo Rato pero ahora mantiene otro de más nivel -mejor, de más dinero en juego- con el nuevo presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri.
Quien no pierde el tiempo, dado que, tal y como adelantara Hispanidad, ha creado un nuevo organigrama con tres patas y dos fichajes: Francisco Verdú continúa como Ceo al cargo del negocio, tanto mayorista como minorista. Se ficha a Pepe Sevilla para control de Riesgo y para la División de Medios llega otro ex BBVA, Antonio Ortega, otro represaliado por FG.
Desgraciadamente los nombramientos no han servido para detener el desastre bursátil de Bankia cuya cotización sigue en caída libre. Los especuladores e inversores están pendientes del dinero que va a inyectar el Gobierno en la entidad, tras capitalizarla con 4.400 millones de euros. Ahí está el pulso, porque Goiri piensa solicitar 15.000 millones de euros en bonos convertibles contingentes (cocos), cifra que Luis de Guindos no piensa aceptar ni de broma. Aún así, la cosa saldría más barata que la subasta de la CAM, una entidad cinco veces menor que Bankia.
El hacedor de esa subasta, así como de la de Unnim, y de las que se preparan, ha sido el gobernador del Banco de España, quien insiste y persiste en no dimitir y agotar su mandato, que vence en julio. El cuerpo de inspectores ya no hace caso de sus órdenes y en el FROB han recibido la orden de no tomar decisión alguna sin consultar al Ministerio de Economía.
MAFO, además, comienza a estar asediado por querellas desde diversos frentes. Su salida puede ser sonada.
Por otra parte, Rodrigo Rato se marchó en silenció tras solicitar una ayuda de 6.500 millones de euros, menos que la que pide Goirgolzarri. Y ha advertido al Gobierno: se mantendrá callado mientras no se produzca un linchamiento contra su persona y su gestión. De otra forma, hablará, pues considera que fue engañado a la hora de la fusión de siete cajas de ahorros y de la valoración de Bancaja por el Banco de España.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com