- No ha sido una amenaza, pero ha respondido al presidente de la Generalitat sobre la posibilidad de que una empresa francesa opere las cercanías de Barcelona.
- Todos los trenes de cercanías de España son de la empresa pública y no se podrán alquilar, de momento.
- El mayor problema de Renfe es la media distancia: suprimirá 500 frecuencias que afectarán a 900.000 usuarios.
- Con esta medida, espera ahorrar 15 millones de euros a corto plazo y hasta 50 millones más adelante.
- Aún así, Renfe cerrará este año con 173 millones de euros de pérdidas.
Artur Mas se reunió este lunes con el presidente de la sociedad francesa de ferrocarriles SNCF, Guillaume Pepy. Tras el encuentro, el presidente de la Generalitat dejó la puerta abierta a que una empresa distinta de Renfe pudiera operar las cercanías de Catalunya. Esta Comunidad Autónoma es la única que tiene transferidos los servicios de cercanías y, por lo tanto, es la única que puede optar a elegir operador.
Sin embargo, este miércoles, el presidente de Renfe, Julio Gómez Pomar (en la imagen), ha manifestado, durante un desayuno organizado por la Asociación Española de Periodistas de Información Económica (Apie), que "la sustitución de un operador nacional por otro internacional es extremadamente delicada y compleja".
En cualquier caso, Gómez Pomar ha confirmado que "es facultad de la Generalitat", pero que su aspiración es que "Renfe siga siendo el operador de las cercanías de Cataluña. Pensamos que estamos haciendo un buen servicio y queremos hacerlo cada vez mejor", ha afirmado.
Para que nos entendamos: si una empresa quiere operar las cercanías de Cataluña tiene que aportar, entre otras cosas, los trenes, que además deberían ser capaces de circular por las vías españolas. Todos los trenes de cercanías que hay en España son propiedad de Renfe, y no tiene intención de alquilarlos, de momento.
Por cierto, el presidente de Renfe también ha tenido palabras para la Comisión Nacional de la Competencia. El pasado mes de mayo, la CNC instó a que la nueva sociedad de alquiler de trenes fuera independiente de la propia empresa. "Si Renfe no querría facilitar el material para otras compañías, no crearía esta sociedad", ha señalado Gómez Pomar.
Pero el problema más acuciante de la empresa es la media distancia. Por eso, en los próximos meses acometerá la reducción de 500 frecuencias de trenes que afectarán a unos 900.000 usuarios. Con esta medida, espera ahorrar 15 millones de euros en el corto plazo, y hasta 50 millones en el medio plazo.
A pesar de esto, Renfe espera registrar en 2013 pérdidas de 173 millones de euros. El presidente de la empresa ferroviaria ha explicado que los números rojos de este año se deberán a la absorción de FEVE y a la mayor dotación para infraestructuras que ha realizado la compañía. En 2012, las pérdidas fueron de 40 millones de euros, pero en 2011 alcanzaron los 335,7 millones.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com