La naviera italiana pone contra las cuerdas a Gerardo Díaz Ferrán y a Gonzalo Pascual: es el principio del fin 

Se adelanta así a la banca prestamista, que estaba dispuesta a instar la quiebra si no se conseguía un comprador y a no prestarles ni un euro más. Y esto a pesar de las presiones de la vicepresidenta De la Vega y del ministro Sebastián en favor del presidente y vicepresidente de la patronal CEOE.
Grimaldi Compagnia di Navigazione -Grupo Grimaldi- presentó el jueves, ante el Juzgado Mercantil número 12 de Madrid, solicitud de concurso de acreedores contra Viajes Marsans, Viajes Crisol y Rural Viajes, tres sociedades propiedad del presidente de la patronal CEOE, Gerardo Díaz Ferrán y del vicepresidente, Gonzalo Pascual.

Tras el desastre de Aerolíneas Argentinas y el de Air Comet y la reciente retirada de la licencia por parte de IATA la situación del Grupo era crítica.

Ahora bien, el Gobierno ha apoyado hasta el final a Díaz Ferrán porque quiere un presidente de la CEOE lo más debilitado posible que, a cambio del apoyo político del Ejecutivo, firme un pacto social. Con ello, ZP tendrá su foto aunque los sindicatos mantengan sus privilegios y los empresarios bramen.

Así, la vicepresidenta primera del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega, el ministro de Industria, Miguel Sebastián y el secretario de Estado de Comercio y Turismo, Joan Mesquida, no han dejado de presionar a Santander y Caja Madrid y otros acreedores para que sigan dando dinero a un enfermo moribundo. Le dieron 40 millones de euros hace un mes y hace una semana le otorgaron otros 8 millones de euros. Precisamente, esos ocho millones fueron los que provocaron las iras de muchos bancos acreedores que calificaron a los 'hombres G' de "insaciables". Pero la resolución del caso está a la vuelta de la esquina... y el Santander sigue sin encontrar un comprador que quiera hacerse cargo del entuerto.

La deuda global de Marsans es de 380 millones de euros, aunque el problema del Grupo no es la deuda, sino los números rojos. Y aumentan, sobre todo, los impagos a proveedores de Servicios, no sólo a la IATA sino, también, por ejemplo,  Grimaldi.

Y también parece claro que la CEOE no puede aceptar a un presidente y un vicepresidente en quiebra y con tantas cuentas pendientes. Hasta ahora, Ferrán y Pascual se han aprovechado del apoyo gubernamental. Pero en Air Comet se vieron obligados al cierre porque un bufete británico exigió la intervención en representación de un banco germano acreedor. A los ingleses, las presiones de Moncloa les traen al pairo. Exactamente lo mismo que les ocurre a los cuatro hermanos Grimaldi

Eulogio López

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