Como sabrán, la Junta de Andalucía vive un nuevo escándalo: la presidenta de lnversión y Gestión de Capital de Riesgo de Andalucía (Invercaria) -empresa pública andaluza-, Laura Gómiz Nogales, reconoció en una reunión interna las numerosas irregularidades en la gestión de esta empresa pública y el reparto discrecional de ayudas, y confesó que las más altas autoridades de la Junta estaban al tanto de las mismas. Todo ello aparece en una cinta grabada cuyo contenido ha sido difundido por medios de comunicación.
Pues bien: hoy, el presidente de la Junta y candidato a la reelección por el PSOE-A en las elecciones autonómicas del 25 de marzo, José Antonio Griñán, ha defendido la gestión de la empresa pública Invercaria y ha denunciado que la cinta que ha llegado a la titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla con la grabación de una conversación entre la ya expresidenta del ente Laura Gómiz con un subordinado "tiene trece manipulaciones".
Por supuesto que una cinta se puede manipular. Pero ya no es una cinta, es una cinta que se une al escándalo de los EREs falsos. Y con ese precedente, la credibilidad de la Junta de Andalucía está por los suelos.
Por eso, argumentos como el de Griñán insultan la inteligencia de los andaluces y de los españoles en general.
José Ángel Gutiérrez
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