- El ministro no quiere que, en el futuro, le imputen por malversación de fondos públicos.
- Y Goirigolzarri lo mismo. Ahora ya no se investigarán tarjetas. Eso era una cortina de humo. Ahora se investigarán operaciones.
- Y mientras, cae la clase bancaria de la segunda transición. Los socialistas Narcís Serra y Juan Pedro Hernández Moltó se enredan en los tribunales.
- Por el PP, Rodrigo Rato y Miguel Blesa. Y Olivas que por ahora sale bien librado, aunque…
- Y ahora comienza la revisión real de la crisis bancaria de 2007: créditos mal concedidos y luego fallidos, no tarjetas negras.
- En cualquier caso, como ya se ha abierto la veda, ahora ya no sólo son políticos metidos a banqueros sino metidos a cualquier otra cosa.
- Ejemplos. Acebes por Libertad Digital o Chaves y Griñán por los ERE. Asuntos eternos.
El problema del Derecho Penal de Justicia es que es como una bala de una pistola: una vez que la disparas nada puede detenerla tras el impacto. No hay forma de meterla de nuevo en el cargador. Puede matar al objetivo o a otro, y entonces serán daños colaterales.
Y la histeria también camina en una dirección. Cuando un juez ve cómo el mero hecho de llamar a declarar a un banquero consigue una manifestación de espontáneos dispuestos a chillar al acusado de todo menos bonito, bueno, digamos que así da gusto imputar.
En este caldo de cultivo, el ex vicepresidente Narcís Serra, representante eximio de la primera transición política y de la segunda transición económica (la de la especulación bursátil) corre el riesgo de entrar en la cárcel, al igual que el ex presidente de Caja Castilla-La Mancha, Juan Pedro Hernández Moltó, aunque le espetara al entones caído gobernador Mariano Rubio -primera transición- aquello de "señor Rubio, míreme a los ojos y dígame la verdad". Bueno, ahora puede ser él quien deba mirar a los ojos al juez.
Por el PP, Rodrigo Rato trata de salvar su honor por las dichosas tarjetas. El hombre del milagro económico del Gobierno Aznar sólo busca ahora salir indemne y limpio del trasiego.
E insistimos en lo dicho ayer martes: los bancos no caen por un puñadito de tarjetas negras. Caen por créditos mal concedidos, por negligencia o, y aquí la cuestión, por dolo. Por razones espurias, que diría don Mariano.
Por eso, ha empezado el análisis de las cuentas de Novagaliciabanco y de Catalunya Caixa y, por eso también, y esta es la novedad, el ministro de Economía, Luis de Guindos, en alianza con el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri (ambos en la imagen), ha iniciado la revisión de todas las operaciones sospechosas de Cajamadrid y Bankia, es decir, de Miguel Blesa y Rodrigo Rato. De momento, se ha librado José Luis Olivas, aunque… No quieren, ni el público ni el privado, que les lleven a los tribunales acusados de malversación de caudales públicos.
Y además, es lo justo, porque lo de las tarjetas parece -no digo que lo sea-, una cortina de humo para desviar la atención de la clave, que es la otra.
Fue Bankia quien investigó el uso de tarjeta y ahora será la propia Bankia, es decir, el equipo Goirigolzarri, quien investigue la parte del león: ¿Se concedieron en Cajamadrid y Bankia créditos espurios a amigos, compañeros de partidos, a los propios partidos políticos, a la familia, etc. Esta es la cuestión.
Recuerden que se ha abierto la veda. Y ahora hasta Acebes, que nunca ha sido banquero, o Manuel Chaves y José Antonio Griñán, pueden acabar en la cárcel, por financiar ERE's fraudulentos… o por financiar a un periódico amigo comprando acciones. Vale todo.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com