La pregunta le ha incomodado. Ha meditado su respuesta con su vamos a ver previo. Y finalmente, la vicepresidenta De la Vega, ha informado que aunque desde el pasado mes de marzo las relaciones del gobierno con la jerarquía de la Iglesia católica son frecuentes (incluido Mons. Blázquez), el acuerdo no ha sido posible. Ha habido diálogo, pero no acuerdo, y lo lamentamos, pero la Iglesia debe de entender que la obligación del gobierno es gobernar para todos los ciudadanos en función de las leyes que emanan del Parlamento, en supuesta alusión al conflicto en relación al matrimonio gay.
Más preocupada se mostró en relación a la manifestación convocada por diversas organizaciones sociales para el próximo 12 de noviembre en defensa de la libertad educativa Los ciudadanos ejercen su derecho de manifestación y nosotros obviamente lo respetamos, pero no es la primera vez que los obispos llaman a una manifestación contra este Gobierno; serán ellos los que deban explicarse ante los ciudadanos, contestó De la Vega, visiblemente molesta.
Por supuesto, la vice reitera que las puertas del Gobierno están abiertas al dialogo, aunque su optimismo se desvanece y afirma que lo ve muy difícil. Honestamente, no lo creo. De esta manera, el Gobierno manifiesta su abierta distancia con los representantes de la religión mayoritaria en España. Mucho.
En todo caso, conviene recordar que los motores de la movilización social están siendo la CONCAPA, el sindicato USO y el Foro Español de la Familia. A última hora ha decidido sumarse la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza y el mismo Mons. Rouco señaló en su conferencia pronunciada en el Club Siglo XXI que no había decidido su asistencia a la marcha. Tampoco Rajoy. O dicho de otra forma, la manifestación del 12 de noviembre será la manifestación de las familias, ni de los curas ni del PP.