Sr. Director:

 

Las últimas apariciones públicas del Rey don Juan Carlos I preocupan a muchos. Su apreciable deterioro físico no se corresponde con la de un hombre de su porte, con  apenas 70 años y si no, comparémosle con la Reina doña Sofía. Su esbelta figura se inclina cada vez más, se duerme en los partidos de fútbol, apenas se le entiende cuando habla, vocaliza fatal, hace comentarios absurdos  a los que nadie replica por ser el Rey y se permite hacerle un corte de dedo a quienes le increpen.

Incuestionable ha sido su papel como monarca y en la transición de nuestra democracia, pero debe retirarse como los toreros, con dignidad y sin que el pueblo aprecie su declive. A todos nos llega la hora de la jubilación porque por todos pasan los años, inclusive por el Rey.

 

Pilar Nieves Rodríguez