Tras nueve años de contemplar sus aventuras en la gran pantalla, el final está cerca. El último libro de la saga literaria creada por J.K. Rowling ha sido dividida en dos partes: la primera, la que se estrena esta semana, y la segunda que verá la luz en julio de 2011.
En su séptima, y última aventura, Harry Potter y sus incondicionales amigos Hermione y Ron unirán sus fuerzas para derrotar al Sr. Tenebroso: Lord Voldemort, localizando y destruyendo lo único que puede acabar con él: Los Horrocruxes. Para esta misión casi imposible, que les alejará de parientes y amigos en un mundo cada más alterado por las fechorías de los malvados mortífagos, sólo contarán para descubrir esos objetos mágicos con las pistas que les ofrecen las pertenencias que el profesor Dumbledore les dejó en testamento
Como ha sido usual a medida que avanzaba la saga, Harry Potter y las reliquias de la muerte es tan oscura como las últimas entregas y quizás por ello se ha optado porque continuara en el proyecto el mismo director: el británico David Yates. Éste ha adaptado muy fielmente la última novela de la Rowling, tan emocionante como extensa, que se ha traducido en dos películas para su exhibición debido a su amplio metraje (sólo esta primera parte dura alrededor de 140 minutos). Aunque algunos, no vamos a negarlo, aducirán razones como lograr dos sustanciosas recaudaciones de taquilla.
Los seguidores de la saga no se sentirán desilusionados con esta nueva entrega muy entretenida a pesar de que se alarga demasiado en los pormenores de esa huida de Harry y sus amigos por diversos escondites a la espera de descubrir el secreto de los Horrocruxes. Una excelente puesta en escena recrea esa lucha entre el bien y el mal o, si lo prefieren, ese enfrentamiento entre los partidarios del Sr. Tenebroso frente a los amigos de Harry Potter que presagia, aunque en esta primera parte no lo veamos, un duelo final lleno de emoción.
Eso sí, en los últimos relatos de la saga (tanto literaria como cinematográfica) vemos menos elementos originales en su argumento y se atisban más referencias a esa obra maestra de la literatura fantástica que es El Señor de los anillos. De hecho, si se detienen a pensarlo, los Horrocruxes poseen el mismo sentido y tienen la misma finalidad que los anillos del clásico de Tolkien y también (como el hobbit Frodo) Harry y sus amigos deberán cargar con el peso de un guardapelo maléfico que pondrá a prueba su amistad e integridad. Asimismo, la iconografía con la que se representa el Ministerio de Magia, conquistado por los malvados y su campaña de limpieza de sangre contra los muggles (la gente no mágica), nos remite a la propia Historia del nazismo.
Como sucedía en anteriores entregas Harry Potter y las reliquias de la muerte combina muy bien las escenas de acción (muy vistosa la primera persecución de la película) con momentos divertidos (la mayoría de ellos protagonizados por Ron Wesley) sin olvidar los emotivos: uno de ellos la visita de Harry a la tumba y el antiguo hogar de sus padres.
Por todo lo anteriormente comentado, pueden sacar la conclusión de que Harry Potter y las reliquias de la muerte resulta una buena opción para los aficionados al cine de aventuras fantástico.
Para: Los que les gusta la saga cinematográfica de Harry Potter