No hay opción para José Bono. Es más, a partir de ahora, los medios de PRISA se volverán contra el ministro de Defensa. La campaña González-Polanco comenzará después de Navidades y consistirá en la repatriación del responsable de Exteriores de la UE, Javier Solana, quien, por cierto, no parece muy entusiasmado con la idea. La principal crítica de Polanco es que el clima económico se ha enrarecido en España peo plantea batallas innecesarias, y cada día pintamos menos en el mundo
Lo dijo en uno de los famosos estallidos polanquiles, pero el dueño de Prisa y Sogecable no produce muchas ideas por mes, así que repite sus consignas en todos los ámbitos de la casa, y dichas consignas de filtran de arriba hacia abajo. Pues bien, Polanco no hace otra osa que repetir a sus fieles: Hasta aquí hemos llegado. Con Zapatero, se entiende, a quien considera un inepto al que El País no puede seguir apoyando.
Sus próximos sólo le recuerdan una obsesión parecida seis años atrás, cuando pronuncio otra de sus frases marmóreas. López se va a enterar. López era, naturalmente, José María Aznar López. La verdad es que, a pesar de la persecución del polanquismo, Aznar revalidó mayoría, y esta vez absoluta, en el año 2000, pero su prepotencia pública en el asunto de la Guerra de Iraq y el impacto del 11-M expulsó a su sucesor del poder.
Ahora se trata de otra cosa: se trata de matar a un hijo, no a un extraño. Polanco, entre otras cosas inducido por Felipe González, considera que Zapatero es un desastre que ha creado batallas innecesarias y crispado a una sociedad, algo muy malo para los negocios. Ni tan siquiera el hecho de que le haya permitido abrir Canal , ahora Cuatro, consolidando su monopolio de TV de pago y otras gabelas, sirven para contentar a un Polanco que, antes que nada empresario, considera que el insensato de Zapatero está recluyendo a España en el furgón de cola de Europa, al tiempo que el país pierde influencia en todos los lugares del mundo. Y si España pierde influencias en el mundo, también la pierde Polanco. Y de puertas adentro, para los nacionalismos catalán o vasco, El País siempre ha sido el representante del jacobinismo centralista.
S.M. Juan Carlos I también apoya la sustitución. Para la monarquía el zapaterismo y su progresismo del 68 lo que en Ferraz llaman con orgullo el radicalismo social, cuyo exponente máximo es la ley del matrimonio gay- no ha resultado bonancible. Y menos con la entente formada por el diario El Mundo y la cadena COPE llamando a la III República. En Zarzuela ha sido muy comentada la portada de El Mundo : Los españoles dan un notable a la Monarquía, pero un 38% de los jóvenes prefiere la república. No sólo eso, El Mundo recordaba, para quien quisiera oírle, que los partidarios de la República han crecido ocho puntos en 5 años. Y no se crean, según esa misma encuesta, los partidario de La Monarquía se situaban en el 38,1. El resto no opina.
No es que Zapatero tenga culpa de ello en Zarzuela están convencidos de que la boda del príncipe heredero no ha servido para mejorar la imagen de la dinastía- pero de lo que sí tiene culpa Zapatero es de crear un enfrentamiento interno en España sobre todo con el Estatut- que ha situado al monarca donde nunca querría haber estado : en el debate sobre la unidad territorial. Por esta razón, es decir, por no defender dicha unidad, Federico Jiménez Losantos ya ha pedido la abdicación del monarca. En definitiva, el zapaterismo ha supuesto para Su Majestad que se le ataque desde la izquierda y desde la derecha, esta última históricamente más fiel, o la menos más partidaria. Y no olvidemos que Polanco es uno de los mejores asesores del Rey y, sobre todo, Prisa ha sido uno de los grandes partidarios de la boda de Felipe de Borbón con Doña Letizia. El Rey cuenta con Prisa para conseguir que los habitantes de un país de republicanos juancarlistas, se conviertan en republicanos felipistas: con Zapatero, lo tiene muy difícil.
En cualquier caso, es Felipe González, quien hace dos días volvía a mostrar su desacuerdo con el Estatut catalán y con la política territorial de Zapatero, quien anima el cambio. No por Bono, a quien tanto el ex presidente como el editor consideran una demagogo que quiere cerrar su propia corte, como por Javier Solana, pues el ex ministro de Cultura arrastra muchos años de política internacional, y volvería a España como el nuevo gran líder de la social democracia española. Así que dicen en Casa Polanco, en los próximos meses veremos cómo el País abre fuego graneado cotra el PP, naturalmente, pero también contra el Gobierno en sus dos figuras. Zapatero y Bono.
Mientras, el zapaterismo se apresta al combate. El secretario del PSOE, Pepe Blanco, ha cerrado filas en torno a su odiado José Montilla. No sólo eso, de Blanco es la estrategia de que en España nadie cambia de voto, y que gana quien consigue movilizar a su electorado, consigue que no se quede en casa, como ocurrió el 14-M por el salvaje atentado del 11-M. Por tanto, hay que cerrarle el paso a Felipe González y mostrarse aún más descentralizador y aún más progresista. Carod Rovira amenaza desde Cataluña: o sale el Estatut o Zapatero tendrá que convocar elecciones. Blanco responde: no es lo ideal, pero si hay que convocar se convoca a día de hoy, Zapatero todavía gana. Sin embargo, lo mejor es cerrar el Estatut, un Estatut apoyado por todos, con concesiones a todos.
Por cierto, según ha podido saber Hispanidad de fuentes polanquiles, la campaña comenzará a primeros de año, tras las Navidades Sinceramente, no sabemos especificarles por qué, pero esa es la fecha.