Durante décadas se ha alertado de que la muerte materna por aborto ilegal hacía necesaria la despenalización del mismo. Hoy se ha desenmascarado el engaño. La misma internacional abortista IPPF reconoce que cuando se liberaliza crece alarmantemente la tasa de muerte materna.
Un ejemplo es Sudáfrica que entre 2005-7 ha aumentado 20 veces esta tasa de mortalidad, superando 48 veces la misma tasa a las Islas Mauricio, cuya legislación protege al no nacido. Irlanda prohíbe el aborto: su tasa es la menor del mundo. Otro ejemplo curioso es el de Nicaragua que no se han plegado a los grupos proabortistas en su legislación y ha sido penalizada con una reducción de 20 mill. de dólares en ayuda extranjera. Pero en muchos países las muertes post aborto no se registran como tales. En EEUU las prácticas legales abortistas son la quinta causa de muerte en gestantes gracias a sus complicaciones: embolias, hemorragias, infecciones, el cáncer de mama, ovarios o hígado se dobla en las que han abortado, perforación de útero, desgarros cervicales, placenta previa en siguientes embarazos, embarazos ectópicos, riesgo de parto prematuro y desarrollo anormal de la placenta en siguientes gestaciones, complicaciones que causarán minusvalías en los recién nacidos El aborto provocado también se asocia promiscuidad, tabaquismo, abuso de las drogas y desórdenes alimenticios que en conjunto contribuyen a incrementar los riesgos de padecer otros problemas de salud. Los políticos que promueven el aborto son, verdaderamente, un peligro público.María Catalán
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