Algo muy fuerte debe de estar pasando por las meninges de la Jerarquía eclesiástica española para que dos prelados respondan, sin citar, pero con buenas dosis de ironía, a las palabras de Rodríguez Zapatero (mejor, es decir, peor, explicitadas por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba).
Y es que ambos políticos hicieron un llamamiento al derecho a la vida y al profundo respeto que sienten por la vida humana para justificar la liberación del etarra De Juana Chaos.
El primero fue el vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Antonio Cañizares, en el diario La Razón, donde entra en el asunto De Juana, pero también en la solemne caradura (esto es mío, no de Cañizares) de ZP y Rasputín, al vender al público lo peor como lo mejor: cesión ante ETA vendida como defensa del derecho a la vida. Cañizares le recuerda a quien corresponda, aunque todos sabemos a quién corresponde, que un partido que ha aprobado la ley nazi de embriones (lo de nazi es mío, lo de los embriones es de monseñor Cañizares) no debería a hablar de derecho a la vida. O sea, que del os mil de niños que el Gobierno podría salvar de la muerte, sólo ha salvado al infante De Juana Chaos.
Pero aún más sarcástico suena la carta dominical del titular de Huesca, don Jesús Sanz: "Yo he tomado nota de esta declaración insólita por parte de quien miente de manera habitual, y pasando por encima de su cinismo asustado ante la opinión pública, levanto acta de su advenediza declaración: defienden la vida. Estamos de enhorabuena".
Sí, algo importante, algo distinto, algo novedoso, debe estar pasando pro las meninges episcopales. O a lo mejor es que ZP está terminando hasta con la paciencia de los obispos, que es mucha.
Eulogio López