El pasado día 20 leía una corta noticia según la cual Rusia tendrá que importar más de cinco millones de toneladas de grano.
Y es que los incendios y la fuerte sequía que atraviesa el país han obligado, no sólo a cortar las exportaciones, sino a importar grano. La cantidad todavía por precisar ronda los cinco millones de toneladas. Con el anuncio de cortar las exportaciones, la compra de futuros en Chicago subió un 10 % en un día y creó la alarma de una nueva crisis alimentaria, con el anuncio de compra, por parte de un país netamente exportador, parece que confirma que la crisis puede ser una realidad.
Tal vez la crisis no se produzca, mejor para casi todos, pero lo que sí pone en tela de juicio este fenómeno es la fragilidad del mercado de cereales.
Domingo Martínez Madrid