Los clásicos decían Dios perdona siempre, los hombres a veces, la naturaleza nunca.
Respetemos cada cosa, porque si no las respetamos, después esas cosas nos aplastarán. Y ya nos está pasando con todas las cosas que estamos viviendo: no respetamos la vida, el tema del aborto, el tema del mal llamado matrimonio homosexual, y así tantas otras cosas más, con las que se corta la relación del derecho positivo al derecho natural.
Ante esta situación, es lamentable que haya quien se enoja porque la Iglesia piensa o porque la Iglesia habla del derecho natural.
Y es que los católicos estamos siendo en el mundo la voz de los que no tienen voz y a veces, incomprendidamente, se nos critica de forma superficial. Cada cual deberá dar cuenta de sus palabras, de su vida, de sus actos y de su administración.
Suso do Madrid