Tras el éxito comercial en la televisión y el DVD, la tercera entrega de esta franquicia de musicales supercomerciales de Disney salta a la gran pantalla. Una película blandita que tiene a su favor un contenido blanquísimo: apto para todos los públicos.
Los chicos del Instituto se enfrentan a su último año con una gran preocupación puesto que en este decisivo curso deberán decidir su futuro. En su última representación musical plasman las experiencias adquiridas y las esperanzas que tienen en los años venideros
El director Kenny Ortega (y la factoría Disney) han descubierto una máquina de hacer dinero con estos musicales de argumentos muy simples (que tocan de manera convencional temas como la amistad, el primer amor, las rivalidades propias de la adolescencia etc.) pero que cuentan con una excelente coreografía de la que el propio Ortega es responsable. Aunque no se pueda afirmar que nos encontramos ante una buena película (hay demasiada mermelada en los argumentos escritos por Peter Barsocchini ) lo cierto es que se agradece un producto tan blanco (destinado claramente a niñas y preadolescentes) que sólo pretende entretener. Su éxito comercial está clarísimo: son películas que agradan a los menores y los adultos se quedan tranquilos (lo cual es mucho) de lo que ven sus hijos. No es extraño que Ortega ya tenga opción a una cuarta entrega: el problema es que los chicos se le están haciendo demasiado mayores
Una anécdota simpática a tener en cuenta: los hermanos Gasol, Pau y Marc, han intervenido en el doblaje de este musical. En concreto Pau y Marc han prestado sus voces a la secuencia del partido de baloncesto que disputan en la película los Wildcats, el equipo del instituto capitaneado por Troy Bolton (Zac Efron).
Para: Los niños y adolescentes que quieran disfrutar de un buen musical con un argumento sin ningún tipo de pretensiones