En contra de la voluntad del sector, el Gobierno catalán ha aprobado su polémica Ley del Cine que impone cuotas de catalán del 50%.
Dicen que pretenden garantizar el derecho a elegir entre las dos lenguas oficiales, catalán y castellano, en el cine. ¿Y por qué no garantizan ese mismo derecho a escoger lengua en el teatro, donde la inmensa mayoría de las obras ya están sólo en catalán y encima pretenden eliminar el escaso teatro en castellano en Cataluña?
¿O por qué no protegen ese derecho de elegir lengua en las escuelas en vez de imponer por decreto el catalán como única y exclusiva lengua vehicular?
Es lamentable la hipocresía de los nacionalistas catalanes que exigen libertad lingüística allí donde les interesa mientras nos la restringen y niegan donde no les interesa.
María Calvo